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Deja el frío fuera: cómo usar la calefacción del coche con eficiencia y seguridad

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Deja el frío fuera: cómo usar la calefacción del coche con eficiencia y seguridad

Deja el frío fuera: cómo usar la calefacción del coche con eficiencia y seguridad

Cuando bajan las temperaturas, encender la calefacción del coche se convierte en un gesto automático. Pero no siempre lo hacemos del modo más eficiente. Usarla correctamente no solo mejora el confort durante el invierno, sino que también ayuda a reducir el consumo de combustible, evitar averías y cuidar el medio ambiente. A continuación, te explicamos cómo hacerlo paso a paso.

El motor debe estar caliente antes de activar la calefacción

Uno de los errores más comunes es encender la calefacción justo al arrancar el vehículo. En realidad, la calefacción aprovecha el calor generado por el propio motor, por lo que encenderla en frío no servirá de mucho. Espera unos minutos a que la temperatura del motor alcance el nivel óptimo antes de activar el sistema. Así, el aire caliente circulará con más eficacia y el motor no trabajará en exceso.

Evita el recirculado prolongado del aire

El botón de recirculación es útil para mantener el calor dentro del habitáculo o para evitar que entre aire contaminado del exterior, pero abusar de él puede generar condensación en los cristales y una sensación de aire viciado. Lo ideal es alternarlo con el modo de entrada de aire fresco para mantener un ambiente saludable y evitar la humedad.

Regula la temperatura de manera progresiva

Subir la temperatura al máximo desde el inicio no acelera el calentamiento del coche. Al contrario, solo fuerza el sistema y puede aumentar el consumo de combustible o energía en los vehículos eléctricos e híbridos. Lo más eficiente es ajustar la temperatura de forma gradual, alrededor de los 20-22 °C, suficiente para viajar cómodamente sin desperdiciar energía.

Desempaña sin malgastar energía

El desempañado de lunas y parabrisas suele ir ligado a la calefacción. Para hacerlo bien, orienta los difusores hacia el cristal, activa el aire caliente y, si tu coche dispone de ello, usa el sistema de aire acondicionado: este seca el aire, eliminando la humedad con mayor rapidez. Una vez despejado el cristal, desactiva el sistema para no sobrecargar el circuito.

Mantén el sistema de climatización en buen estado

Una calefacción eficiente depende también de un sistema de climatización limpio y revisado. El filtro del habitáculo (o filtro de polen) debe cambiarse periódicamente, ya que si está sucio puede obstruir la entrada de aire, generar malos olores y reducir la eficacia del sistema. Además, una revisión regular del circuito de refrigeración evita fugas y asegura un funcionamiento óptimo del motor y de la calefacción.

Aprovecha el calor residual y apágala con antelación

Antes de llegar a tu destino, puedes apagar la calefacción unos minutos antes: el sistema seguirá emitiendo aire caliente aprovechando el calor acumulado en el circuito. Este gesto tan simple reduce el consumo y evita que el interior quede demasiado caliente al detener el vehículo.

Usar la calefacción del coche con cabeza no solo mejora la comodidad, sino que contribuye al ahorro, al cuidado del vehículo y al respeto por el medio ambiente. Mantener el sistema limpio, revisar el circuito y conocer el funcionamiento básico del climatizador son pasos sencillos que pueden marcar la diferencia durante los meses fríos.

Y recuerda: si notas que la calefacción tarda más de lo normal en calentar o el aire no sale tan caliente como antes, puede haber una avería en el termostato, el radiador o el sistema de refrigeración.

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