Send your comment
Con el uso diario, el paso del tiempo y, en muchos casos, el descuido en el mantenimiento, ciertas piezas del coche tienden a averiarse con mayor frecuencia.
Identificar cuáles son, saber por qué fallan y qué señales pueden alertarte a tiempo puede ahorrarte dinero, disgustos y peligros en carretera. En este artículo repasamos de forma clara y detallada las averías más comunes y cómo puedes prevenirlas con simples hábitos de mantenimiento.
El embrague es uno de los elementos que más sufre en un coche con uso intensivo, especialmente en ciudad o en trayectos con frecuentes cambios de marcha. Malas prácticas como mantener el pie apoyado sobre el pedal o arrancar bruscamente acortan considerablemente su vida útil. Si notas que el coche da tirones, cuesta meter las marchas o el motor sube de revoluciones sin que el coche acelere al mismo ritmo, es posible que esté pidiendo una revisión urgente.
La batería suele fallar sin previo aviso, especialmente en invierno o tras periodos de inactividad. Aunque su vida útil ronda los 4-5 años, el frío, los trayectos cortos o dejar dispositivos conectados pueden acortarla. Si al arrancar el coche notas que el motor gira con dificultad o las luces se atenúan, puede ser señal de que la batería está al límite.
El sistema de frenos, compuesto por pastillas, discos y líquido de freno, se desgasta con el uso y es fundamental mantenerlo en condiciones óptimas. El deterioro puede provocar ruidos al frenar, pérdida de eficacia o vibraciones, lo que compromete seriamente la seguridad del vehículo. Una revisión a tiempo evita problemas mayores y costes más elevados.
Los amortiguadores pierden eficacia de forma gradual, lo que puede pasar desapercibido hasta que el coche pierde estabilidad en curvas o tarda más en frenar. Además, unos amortiguadores en mal estado aceleran el desgaste de los neumáticos y aumentan el riesgo de aquaplaning. Si notas que el coche rebota más de lo normal al pasar por baches, toca revisarlos.
Cada vez más vehículos equipan turbocompresor, una pieza que mejora el rendimiento del motor y reduce el consumo, pero que también es sensible a la falta de lubricación o al uso de aceites de baja calidad. Para evitar su fallo, conviene respetar los tiempos de calentamiento y enfriamiento del motor, así como utilizar siempre lubricantes recomendados por el fabricante.
El alternador genera la energía eléctrica que alimenta todos los sistemas del vehículo. Si se estropea, notarás que se encienden testigos en el salpicadero, las luces pierden intensidad o el coche se apaga sin previo aviso. Es una de esas averías que conviene detectar antes de quedarse tirado en carretera.
No descuides el mantenimiento periódico
Revisa los niveles de aceite, líquido de frenos y refrigerante con regularidad
Evita conducir con el embrague pisado o hacer frenadas bruscas innecesarias
Escucha tu coche y actúa ante cualquier cambio de sonido o comportamiento
Confía tu coche a quienes mejor lo entienden. Encuentra tu taller Nubecar más cercano y vuelve a la carretera con total tranquilidad, con el respaldo de una red que apuesta por la calidad, la confianza y el compromiso con cada cliente.