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Cuando el invierno llega con sus bajas temperaturas, los automovilistas deben enfrentar uno de los mayores desafíos en la carretera: el hielo y la nieve. Estos elementos no solo ponen a prueba la habilidad del conductor, sino también el estado del vehículo, convirtiendo cada trayecto en una prueba de seguridad.
En este post, te explicamos cómo enfrentarte a las carreteras invernales y por qué una revisión completa de tu coche en un taller especializado puede marcar la diferencia entre llegar a tu destino sin contratiempos o quedarte atrapado en medio de una emergencia.
Cuando las temperaturas descienden y el pavimento se cubre de nieve o hielo, la adherencia de los neumáticos se reduce drásticamente. Es fundamental anticiparse a los peligros del invierno y tomar las medidas necesarias para mantener el control del vehículo.
En carreteras resbaladizas, una regla de oro es conducir en marchas largas. Esto reduce las revoluciones del motor y disminuye el riesgo de que las ruedas patinen. Sin embargo, si estás descendiendo una pendiente helada, opta por marchas cortas para utilizar el freno motor y minimizar el uso de los frenos.
Mantén una distancia mayor de lo habitual con el vehículo que te precede. Esta precaución te dará el tiempo suficiente para reaccionar si el coche de adelante frena bruscamente o pierde el control en una placa de hielo.
Conducir sobre nieve o hielo requiere de movimientos suaves y controlados. Tanto el volante, como el acelerador y los frenos deben manejarse con extrema delicadeza para evitar perder tracción.
En condiciones de nieve, es crucial tener una buena visibilidad. Asegúrate de que tus limpiaparabrisas estén en perfecto estado y que el sistema de climatización funcione correctamente para desempañar los cristales.
Las placas de hielo pueden aparecer en cualquier momento, especialmente en zonas sombrías. Si te encuentras con una, levanta suavemente el pie del acelerador y evita frenar hasta que las ruedas vuelvan a ganar adherencia.
Antes de aventurarte en las carreteras invernales, es vital que tu coche esté en óptimas condiciones. Un buen taller te puede ayudar a evitar sorpresas desagradables. Algunos puntos clave a revisar son:
▶ Líquido anticongelante: Es indispensable para que el motor no sufra daños por las bajas temperaturas. Si no lo has revisado en mucho tiempo, es el momento de hacerlo.
▶ Neumáticos: Considera cambiar a neumáticos de invierno o todo tiempo. Estos ofrecen una mejor tracción en superficies heladas y nevadas.
▶ Batería: Las bajas temperaturas pueden afectar su rendimiento, por lo que conviene asegurarse de que está en buen estado.